domingo, 13 de mayo de 2018

DESEO, de Mary Ann Geeby


Abro la ventana y lo veo. Primerísimo plano que me obliga a fijarme en cada detalle.
Me mira con su enorme ojo, tan fijo, retándome a hacer algo. Aunque sólo pueda observar, comienzo a desear al instante. Toda la superficie se halla seca, lo cual me sorprende. Acostumbrada a verlo húmedo y brillante, me resulta extraño comprobar su belleza mate. Deleitarme en cada arruga de la piel, en cada surco y poro.
Las arrugas de la corona muestran que no estaba en su momento de máximo tamaño, pero esto sólo me hace desear paladearlo. Uno de los mayores placeres del mundo es notar cómo crece al contacto de mi lengua. Poder masticarlo sin presión, sin dolor, sólo deseo.
Muy provocativa la imagen, en primerísimo plano. Apenas queda espacio alrededor, aunque vagamente se puede observar una zona oscura al fondo y un cordón blanco, que pide ser desatado. Y mis dedos queriendo enredarse entre el vello que se encuentra en la base. Deseando acariciar y agarrar.
Y entonces siento en la palma su ausencia. Necesidad de sujetarla firmemente, de llenar mi mano con ella. Pero es sólo una imagen. Y las imágenes, no se pueden apresar.

2 comentarios: