viernes, 24 de noviembre de 2017

Y AHORA... TÚ, de Ignacio Ramón Martín Vega.

SOBRE LA NOVELA:

Puedes adquirir Y AHORA... TÚ, de Ignacio Ramón Martín Vega, de varios modos:
·      Contactando con él por Facebook.
·      En muchas librerías de la comunidad de Madrid.
·      En la Casa del Libro

Sinopsis:
¿Se puede ser adolescente a los ochenta y cinco años sin haber perdido la cabeza? 
Esa es la pregunta que tendrá que contestar Alejandro. El día que ingresa en la residencia de ancianos lo hace con el convencimiento de que su vida está llegando a su fin. Sorpresivamente se cruza con ella: Lucía, aquella mujer con la que vivió un intenso y apasionado romance cuarenta años antes.
Entonces, su mundo se remueve. Solo Alejandro conoce la razón por la que no pudo asistir aquel día a la cita donde iban a emprender una vida juntos y, ahora, tendrá que responder por ello. La vida resurge de nuevo; la muerte puede esperar.


ACERCÁNDONOS A IGNACIO RAMÓN MARTÍN VEGA:



Página del libro: Y AHORA... TÚ


Entrevista al autor: Publiqué una entrevista en este mismo blog a Nacho Martín. Puedes leerla si pulsas en el enlace.


Como excepción, me gustaría compartir algunos SECRETOS entresacados de las conversaciones que tuve con Nacho, a propósito de la lectura de su novela.


MI OPINIÓN:

La novela se enmarca en el género narrativo romántico. El estilo, absolutamente fiel a Ignacio Martín Vega. Personalmente creo que reconocería un texto suyo entre varios. Contextualizada en varios momentos del siglo XX español, según si nos cuenta la juventud o madurez de los protagonistas, o si se centra en la “actualidad”, en la vejez; y enmarcada principalmente en las ciudades de Madrid y Sevilla. Pareciera que son dos lugares importantes para el propio Nacho. Habla de algún otro lugar importante, pero no se detiene a describirlos como estos dos.


Es una novela corta que me llevó muy poco tiempo leer. Ligera, con pocos capítulos y no demasiado extensa. Curiosamente, se extiende en el tiempo mucho más que el autor en su relato. Muy creíble, pues cuenta situaciones de una época y lugares exactos y situaciones que podrían haberse dado, sin lugar a duda. Además, el autor es muy descriptivo y le gusta regodearse en explicar qué ropa llevan los protagonistas en las distintas escenas, qué comen o cenan, o cómo es una habitación o lugar.

SEGUNDO SECRETO: Si conocemos a Ignacio Ramón, podríamos pensar que está recordando y plasmando en la novela situaciones o lugares vividos por él, cosa que siempre ha negado. En varias conversaciones reiteró que nunca plasma en sus libros, sus vivencias. Esta vez creo que se le han escapado más de unas pocas.

Los personajes son ficticios, pero bien podrían responder a personas reales, con características de la gente de hace 50 años. En las novelas de Nacho nunca existen poderosos dueños de multinacionales, con pasados oscuros, ni pobrecitas cenicientas, secretarias o eficientes dependientas. Concretamente en ésta, la mujer se ocupa de la casa y el hombre trabaja. Hay que tener claro todo el tiempo que está enmarcada en la mitad del siglo XX y es fiel a la realidad española de aquella época.

TERCER SECRETO: Personalmente creo que aquí aparece claramente la forma de ser del hombre, no sólo del escritor. Relata al detalle muchas complicaciones para la mujer, pues se trata de la sociedad española de la primera mitad del siglo XX. A mi juicio, es una época y un modo de ser que no le ha costado demasiado definir.

Aun así, hay que reconocer la fuerza en una mujer que lucha por lo que quiere, por encima de lo correcto o permitido. También los personajes secundarios tienen bastante importancia en la historia, especialmente los familiares de Lucía y Alejandro.

CUARTO SECRETO: Como ya he contado, en conversaciones anteriores sobre nuestras novelas, Ignacio me contó que nunca volcaba sus experiencias personales en sus novelas. Al contrario que en mi caso, sus personajes no vivían situaciones que él mismo hubiera vivido. Pues bien: en esta ocasión, me confesó abiertamente que algunas secuencias o escenas, incluso frases completas, han ocurrido realmente en su propia vida.


Recomiendo la novela a las personas mayores, que quieren recordar épocas pasadas. También a los amantes de Sevilla y Madrid. Y a quienes disfrutaron con “En el otoño de sus vidas”, a pesar de ser otro estilo de madurez y de amor. Les gustará mucho a todos los lectores de Ignacio Ramón, ya que es muy fiel a su estilo y manera de escribir. Seguramente le gustará a las mujeres de todas las edades, pues reconocerán la injusticia de una época pasada y los logros conseguidos en la sociedad actual. Yo  disfruté mucho con ella.

jueves, 16 de noviembre de 2017

ATRAPADO EN TU RECUERDO (Bilogía: Los chicos Bradford nº 1), de Mar Fernández.

SOBRE LA NOVELA:

Puedes adquirir ATRAPADO EN TU RECUERDO, de Mar Fernández, en este enlace de amazon.

Sinopsis (de la propia autora, en amazon):

Mara Brennan, una joven abogada de Portland, tiene una vida tranquila y organizada donde no tiene cabida ningún hombre. Pero todo eso cambiará un día cualquiera, cuando acude a los juzgados para defender un caso importante. Todo se torcerá y su vida dará un giro inesperado que la llevará a vivir una realidad muy distinta a la propia junto a un exasperante y atractivo agente de narcóticos.
Callum Bradford lleva media vida obsesionado con la trágica muerte de su hermano y el responsable de la misma. Tras años de duro trabajo, al fin ve el fruto de sus esfuerzos con la encarcelación Ed Sullivan. Aunque todo se verá truncado tras la muerte del único testigo dispuesto a testificar contra el conocido narcotraficante.

ACERCÁNDONOS A MAR FERNÁNDEZ:

Búscala en:


Twitter @MarFernan05




  1. ¿Quién es Mar Fernández?
Soy una mujer sencilla y soñadora. Mi tiempo lo divido entre mis dos pasiones, mi familia: mi marido y un enano de tres años, y la escritura, que me hace vivir otras realidades.
Soy madrileña, pero llevo afincada desde hace diez años en un pequeño pueblo de Salamanca. La tranquilidad del lugar, el aburrimiento, llamémoslo equis, me impulsó a retomar mi afición de la adolescencia de poner por escrito las historias que mi cabeza maquinaba.
  1. ¿Naciste escritora o te hiciste? ¿Desde cuándo escribes y por qué?
Bueno, como ya he dicho antes, desde mi adolescencia me aficione a la lectura, principalmente la romántica y un día cualquiera, con una libreta de espiral en mano, decidí escribir una historia con lo que serian mis personajes ideales, sus vidas y su destino, pero solo lo hacía para mi propio disfrute, y nadie leyó nunca esos escritos. Por lo tanto, no sé si nací o me hice jejejeje
Comencé a ser oficialmente “escritora” en el año 2013, que fue cuando me atreví a auto publicar por primera vez en Amazon. Lo hice con Cruce de caminos, una novela histórica ambientada en el lejano Oeste y que tuvo una gran acogida, lo que me impulsó a seguir escribiendo.
                                                                                                                                                   
  1. Háblanos de tus publicaciones y dinos en qué género las enmarcas.
Tengo Auto publicadas diez obras, más otras dos que escribí con dos compañeras de letras, Mimi Romanz y Yolanda Revuelta, y cuya experiencia disfrute mucho.
(Esencia Irlandesa y Bilogía Lazos de amor).
El género es indiscutiblemente romántico. Y no solo escribo en uno de ellos, me gustan las aventuras e intento ponerme retos. Tengo tres subgéneros que son mis predilectos:
Contemporánea: Atardecer contigo, Nunca te olvidé, Viaje a los sentimientos, Atrapado en tu recuerdo y Savanna, tentadora Obsesión.
Histórica enmarcada en el oeste americano: Cruce de caminos y El viaje de su vida.
Regencia: Despertar con tu amor, Perdida en tus Brazos y El Halcón del Támesis.

  1. Como lectora, cuéntanos tus preferencias.
La contemporánea, la histórica y me chifla el Oeste, jejeje

  1. ¿Qué te gustaría contarnos, que no te he preguntado?
Me gustaría contaros que para mi escribir es una parte esencial en mi vida.
Lo más bonito es saber qué gente que no conoces ni te conoce dan una oportunidad a una de tus historias y disfrutan de ella, sueñan y suspiran como tú misma al escribirla. Es lo más gratificante del mundo.
Y lo segundo, que ha aportado a mi vida la ocasión de conocer a gente maravillosa, compañeras de letras, gente excepcional que contribuyen a que mi vida sea mejor. Y solo por eso merece la pena esta aventura.
  

MI OPINIÓN:
Preciosa historia de amor que comienza como algo totalmente pasajero, pero que se vuelve una auténtica necesidad para los protagonistas de la historia. Escrita por Mar Fernández, autora que tiene nada menos que diez novelas, en diferentes géneros o temáticas.
Respecto a los personajes, los protagonistas son Callum y Mara. Tienen relativa importancia las amigas de Mara y los compañeros de trabajo de ambos. Y son secundarios de grandísima importancia los familiares de Callum, que se ganaron el derecho a tener su propia historia en el segundo tomo de la bilogía, “Savanna, tentadora Obsesión.
El principio de la novela está contextualizado en el oeste de EE UU, concretamente en la zona de Portland. Gran parte de la acción se desarrolla también en Darrell Creek, un pequeño pueblo de Texas.
Se encuadra en el género romántico, aunque la intriga, la acción y hasta el western, están presentes en toda la novela. Tiene una trama policial y, por supuesto, es ficción. La historia es ágil y se lee muy bien. Además, Mar sabe atrapar la atención del lector, con la debida dosis de suspense y romance. Pertenece a la bilogía “Los Chicos Bradford”, siendo la primera parte de la misma. De hecho, introduce a los personajes de ambas novelas.
Recomiendo su lectura a todos los lectores de los diferentes géneros y temáticas que he comentado anteriormente. Y también a los que prefieren las sagas, bilogías e historias que continúan. La historia de Savanna promete ser tan interesante o más que ésta.


domingo, 12 de noviembre de 2017

ALMA ENTRE BRUMAS, de Yolanda Revuelta.

SOBRE LA NOVELA:
Puedes adquirir ALMA ENTRE BRUMAS, de Yolanda Revuelta, en:
- Este enlace de amazon.
- En la Librería Inés de Torrelavega.

Sinopsis (de la propia autora, en amazon):
Alma es una joven que ha tenido una infancia diferente al resto de las niñas de su edad. Al terminar sus estudios de Historia del arte decide dar un giro a su vida y para ello viajará a Versalles, Francia, para trabajar como AuPair en casa de los Arnod. Durante su estancia se sentirá inexorablemente atraída por su jefe, pero cuando descubre el gran secreto que la ha perseguido desde su niñez todo su mundo volverá a tambalearse.

Roger es un empresario de éxito en el mundo bodeguero, pero tras la muerte de su esposa se ve abocado a tomar una decisión respecto al cuidado de sus tres hijos. La determinación de contratar a una niñera marcará un antes y un después en su vida ya que no es capaz de asumir la fuerte atracción que siente por la joven española que ha llegado a su vida sin previo a viso.

Alma entre brumas es una novela que te hará sentir, soñar y traspasar el umbral de un amor imposible.

ACERCÁNDONOS A YOLANDA REVUELTA: 


Twitter: @YoliRevuelta

  1. ¿Quién es Yolanda Revuelta?
Soy una mujer sencilla que le encanta pasear por la playa en invierno, los atardeceres en otoño y disfrutar de la compañía de mi familia y amigos frente a una taza de chocolate caliente.

  1. ¿Naciste escritora o te hiciste? ¿Desde cuándo escribes y por qué?
Soy de las que creo que una nace con mente creativa, por lo tanto he de decir que llegué a este mundo siendo una amante de las letras.
Escribo desde que fui capaz de coger un lápiz con la mano y trazar mis primeras palabras; ahora desde la distancia me doy cuenta de que siempre, desde muy niña, he creado historias. Mi mente es un torbellino de idas y venidas de escenas y, si soy sincera, ya no sabría vivir de otra manera.

  1. Háblanos de tus publicaciones y dinos en qué género las enmarcas.
Mis novelas son siempre una prolongación de mí. Me encanta el suspense, la novela negra, por esa razón todas mis novelas encierran una pizca de misterio.
Adoro el género romántico suspense y quizá sería ahí donde enmarcase mis novelas. Me atrae la idea de que sea el lector quién sienta la tensión del protagonista y vayan de la mano, página tras página, hasta alcanzar el final.

  1. Como lectora, cuéntanos tus preferencias.
Me gusta leer novelas con finales felices, eso lo tengo muy claro. Muchas personas a lo largo de la vida me han preguntado: ¿Por qué? Y la respuesta es sencilla, necesito saber que hay un mundo que aunque las personas tengan sus propios problemas, al final son capaces de encontrar su felicidad en sí mismos o en otras personas.
La desconexión con la realidad es una necesidad y a mí la romántica me ofrece esa opción. Me encanta la novela contemporánea, aunque nunca desestimo una histórica, quizá sea porque con la primera empatizo más con la protagonista. En el presente, nos hablamos de tú a tú.

  1. ¿Qué te gustaría contarnos, que no te he preguntado?
  Hay algo que pocas personas saben, solo los más íntimos, cuando el dolor me sobrepasa, mi mente se cierra y centra todas sus energías en sobrevivir y pasar el mal trago; ese momento pasa desapercibido por muchas personas. Escribir en esos momentos, aunque a veces me cuesta ponerme a ello, es esa vía de escape, esa necesidad que no puedo obviar.
¿Cómo logro salir de ese torbellino? Supongo que esa respuesta la tienen mis protagonistas, mis novelas.

           Intentaré ser objetiva, cosa harto difícil, pues aunque Yolanda se empeñe en parecer una persona "normal", para mí es diferente, especial, importante. Fue una de las pocas personas que miró mi alma. Y me reconoció. Nunca le agradeceré lo suficiente sus miradas, sus abrazos y también sus palabras. 

MI FRASE FAVORITA, DE LA NOVELA:
“Ella le devolvió la sonrisa, primero con los ojos y luego con los labios." Revuelta, Yolanda. Alma entre brumas.


MI OPINIÓN:
Alma me enamoró. Sí, ya sé que soy mujer, pero esto no es un tema de homosexualidad. Hace años comprendí que me enamoraría de las personas, independientemente de su sexo o circunstancias personales. Alma es un personaje puro, transparente, de piel, como yo. Por eso me devoré esta novela: la historia de Alma es la que todas las mujeres querríamos para nosotros. Una historia de superación personal, de vida, de ganas, de amor.
He leído un par de novelas de Yolanda Revuelta y me encanta su estilo. Además de escribir con corrección, algo que no está muy extendido entre los escritores indies, ella es fiel a su modo de expresarse; sus novelas se reconocen entre otras. Alma entre brumas no es sólo una novela de amor, sino de sentimientos. En ella importan las sensaciones, las emociones y los compromisos con uno mismo y con la vida.
Los protagonistas son muy “de Yolanda”. Humanos, sensibles y “reales”. Particularmente me encantó el trato que da a los niños, pues forman parte de una temática que me interesa especialmente. La relación de Alma con Annete es entrañable y maravillosa. Con el resto de miembros de la familia es un auténtico reto a lograr. También es bonito ver la relación que tiene con las diferentes monjas.
A pesar de ser una novela romántica, también tiene toques de intriga. Pero sobre todo, de sentimientos y sensaciones. Es inevitable meterse en la historia y llegar incluso a hablar con los personajes, emocionarse y disfrutar con ella.
Le recomiendo ALMA ENTRE BRUMAS a los amantes de la romántica. Seguro que responderá a sus expectativas. Estaría bien que la leyeran los amantes del arte, pues se identificarán plenamente con Alma. Y también las personas amantes de la intriga, pues no deja de ser un reto descubrir los orígenes de la protagonista. En fin, todos aquellos que disfrutan leyendo novelas actuales.


domingo, 5 de noviembre de 2017

JUAN TRAGEDIA, de J. D. Martín Bartolomé

SOBRE EL RELATO:

Puedes leer JUAN TRAGEDIA, de J. D. Martín Bartolomé, en este enlace de wattpad: 

Sinopsis:
Un relato que podríamos calificar de fantasía, aunque en un tono costumbrista muy alejado de mi lenguaje habitual. Un experimento, si así queréis verlo. Y una reflexión sobre la peor tragedia de nuestra vida, que es siempre nuestra actitud.




ACERCÁNDONOS A J. D. MARTÍN BARTOLOMÉ:

Enlaces:
Twitter: @lojuroxtatuaje y @MufEnano

José dice, de sí mismo, en google+: 

Lleva escribiendo desde que descubrió que la literatura es el mejor de los exorcismos. Publicó algunos artículos sobre historia local, literatura y juegos de rol en publicaciones comarcales de baja tirada, y como se cree gracioso, ha colado algunos artículos en la revista de humor El Jueves. Es posible, aunque no necesario, encontrar sus relatos y reseñas en la app Bablum, en Tus Relatos, y en Fantasía Austral, además de en su blog, Lo juro por mi tatuaje, donde seguirá escribiendo mientras queden ángeles y demonios que mantener a raya.

Si bien es cierto que su “introducción”es la siguiente:
Lo que no te mata te hace más fuerte. Aunque por el camino puede joderte.

Saludos, José. Si te apetece, puedes responder a estas preguntas:

1. ¿Quién es J. D. Martín Bartolomé?

En realidad, nadie. Un tipo con el que te cruzarías por la calle sin dedicarle una segunda mirada, y eso es buena cosa. Sólo soy una persona como el resto y como todos, con una historia que contar. Simplemente trato de alzar más la voz al contarla. 

2. ¿Naciste escritor o te hiciste? ¿Desde cuándo escribes y por qué?

Nací inconformista, y ése es un buen camino hacia el oficio de escritor. Uno no se conforma con las historias que lee, así que trata de aportar algo más. No se conforma con lo que ve en la vida de otros, en la política, en la religión, en la sociedad, y hace lo posible por dar su punto de vista, por intentar que otros piensen, sientan inquietud, exploren, y trata de hacerlo uno mismo. 
Mis primeros intentos de relato vienen de mi infancia. Cuadernos que mantenían páginas en blanco después del fin de curso se llenaban de historias, intentos de cómic y cuentos, aunque por entonces no sabía cómo estructurar una frase. Sigo intentando aprender a hacerlo. 

3. Háblanos de tus publicaciones y dinos en qué género las enmarcas.

Creo que a menudo los géneros, sus cerradas definiciones, nos encorsetan y estrangulan. Mi personaje más conocido, Jonathan Silencio, es un detective especializado en resolver casos con implicaciones preternaturales. La estructura es la clásica de la novela negra, con un personaje conflictivo y desencantado que narra en primera persona la investigación que desarrolla. Pero el trasfondo podría englobarse sin problema en ficción sobrenatural. La mezcla de géneros me da bastante más libertad que el cumplir con los requisitos de uno. De la misma forma, Juan Tragedia o Tiempo en Ruinas buscan una visión mágica con toques narrativos muy costumbristas, por lo que definirlas es complejo. Todas mis historias parten de bases muy ambiguas, es el terreno en que mejor me muevo, en el que puedo jugar con el lector sin traicionarle con recursos complejos. Trato de que sean ligeras, divertidas, en ocasiones capaces de asustar y siempre susceptibles de causar en el lector una sensación de "menos mal que no me ha pasado a mí". La complicidad honesta con él es lo único que busco. 

4. Como lector, cuéntanos tus preferencias.

Ninguna, en realidad. Todos los libros, todos los relatos, enseñan algo. Qué funciona o qué no funciona, al menos. Me entretienen y enganchan todo tipo de géneros y autores. De la misma forma que trato de no encasillar mis relatos, trato de no encasillar los de otros. Si en lugar de preferencias hablamos de influencias, diré que cada autor que he tocado me da una enseñanzas. Stephen King o Lovecraft, tan mencionados por quienes escribimos fantasía y terror, también tuvieron autores de cabecera. Creo que lo hermoso de esto es rastrearlos, aprender de ellos, y después buscar su inspiración, retrocediendo así todo lo posible en el camino. En la literatura, retroceder en ese camino es la única forma de avanzar. 

5. ¿Qué te gustaría contarnos, que no te he preguntado?

Nada que contar, soy un tipo simple. Sólo agradecer el constante apoyo y prometer, mientras me quede cordura, que seguiré contando historias desde la honestidad y la complicidad, ya que desde el talento sería más difícil. 

MI OPINIÓN:

Leer JUAN TRAGEDIA fue una de esas cosas que no suelo hacer. Pero la verdad es que, en los últimos meses, ando leyendo “casi de todo”. Tenía muchas ganas de meter mano a un texto de J. D. Martín Bartolomé. No había leído más que algún relato en su blog, debido a que se centra en la novela negra y/o de terror. Y todo el que me sigue sabe que “no es mi género favorito”. Pero esta vez, animada por el propio autor, me dejé llevar por su recomendación.
Y me gustó.
A ver, que en algún momento, me agobié un poquito… pero me gustó.
El estilo de Jose me gusta mucho. Sin quererlo, la historia te va envolviendo y de repente te encuentras sorprendida por algo o alguien. El hecho de que fuera un relato de tan sólo 6 capítulos, hizo que su lectura fuera amena y ligera. Lo comencé cuando el autor había colgado sólo dos capítulos. Como me quedé con las ganas, esperé a que estuviera completo. De modo que, cuando la intriga me pudo, tuve la suerte de poder avanzar sin problema.
El protagonista principal lleva el mayor peso de la historia, siendo su familia y amigos los secundarios. Hay un personaje que me encantó y me hizo pensar mucho, que fue el hijo de Juan. Su relación, la manera en que influye en él lo que su hijo opina sobre su persona, las cosas que hace, la famosa “diferencia generacional”, me llevó a compararme con él, con ellos. Es curioso cómo llegué a sentir lo que él pudiera sentir sobre el concepto que su propia familia tenía de sí mismo.
El final, como en casi todos los escritos de este género, me dejó “patidifusa”. No podía esperármelo y hasta me rebelé por un momento, con mi característica de hablar a los personajes. Esta vez les grité, lo confieso. Además, no tuve (lo que se dice) miedo. Así que me he hecho adicta a los relatos de Jose.
Se lo recomiendo a todos los amantes de la literatura de terror, horror, negra, de intriga, de suspense, a todos los seguidores de Jose Martín Bartolomé.
De momento quiero recomendaros su sección RELATOS AMIGOS de spreaker, en el que declama relatos de otros autores. Escucharle también es delicioso.



viernes, 3 de noviembre de 2017

HOMO: EL RÍO PERDIDO, de José Enrique Díaz Martín

SOBRE LA NOVELA:

Puedes adquirir HOMO: EL RÍO PERDIDO, de José Enrique Díaz Martín, en este enlace de amazon.

Sinopsis (del propio autor, en amazon): 

Un hombre que guarda un asombroso secreto tiene ocasión, por azar, de ajustar cuentas con el pasado y dar un impulso definitivo a la aventura que le ha obsesionado toda su vida; una búsqueda que lo es a la vez de sus raíces, del sentido de su actos y de su destino; una exploración que pasa por comprender qué nos hace lo que somos y quienes somos desde el mismo germen del concepto de humanidad, y que no teme descender a la naturaleza más animal para remontar desde allí un camino que permita comprenderlo todo de uno mismo. A partir del Yzur de Lugones, con la seriedad del Informe para una academia de Kafka o las reflexiones de Koetzee y algo de la sátira del Will Self de Grandes simios o del Urbanyi de Silver, el autor trenza dos trayectorias vitales que parecen, misteriosamente, darse la réplica o descifrarse la una desde la otra de modo sorprendente, y mientras lo hace nos regala también las divertidas peripecias de un ser alucinante, la comprensión del dibujo amoroso que traza toda biografía y la resolución de un enigma histórico desconocido. El proceso de búsqueda de su lugar de orígen, del río perdido que da origen al nombre de su pueblo y a su propio apellido se convierte en una epopeya personal que le lleva, en un viaje a sus orígenes a través del tiempo y del espacio, y al descubrimiento de su propia personalidad.

ACERCÁNDONOS A JOSÉ ENRIQUE DÍAZ MARTÍN:

Enlaces:
Twitter: @EnrijoDi

1.         ¿Quién es José Enrique Díaz Martín? 

No sé si es correcto que diga quién soy. No creo que pueda ser ecuánime, pero a fuer de sincero tampoco creo que la mirada ajena pueda dar cuenta de uno cabalmente. Esa mirada, supongo, daría cuenta de un sujeto más o menos anodino, integrado, funcional, profesor, padre, amigo, marido… cuya biografía no me interesa demasiado. Tenemos esta y yo un pacto de no agresión para no hacernos las cosas más difíciles de lo que ya son de por sí. Gracias a ese pacto, yo, siempre que puedo, soy otro, o soy otro yo: un desaprensivo golfo de vida promiscua y desordenada, imaginativa y sin límites que experimenta situaciones y vidas del todo anómalas pero que necesita, de vez en cuando, descansar en Madrid. Eso es cuando vuelvo a la biografía relajada de ese tipo que lleva mi nombre y se viste mi piel. Mientras tanto, vivo en islas de tiempo más o menos indefinidas y secretas, he pasado largas temporadas viviendo en selvas, bosques, ciudades del medio oeste americano, en comunas de California, en un pueblecito de la costa francesa o en burdeles indios. Recuerdo particularmente uno en el que tuve que esconderme de unos matones filipinos por salir en defensa de una joven prostituta que estaba siendo maltratada. Sabía que interceder por la chica en aquella ocasión era extremadamente peligroso, pero hay peleas en las que merece la pena meterse aunque sepa que va a perder. Resumiendo: salvé a la chica dándole tiempo de esconderse, disparé, tuve que huir. La sangre derramada no debe preocuparle a nadie.
Cierta noticia de aquel acto desesperadamente estúpido corrió como la pólvora entre las meretrices de Bombay. Incluso las chicas de aquel burdel donde me escondí llegaron a saber de mi lance en defensa de la joven. Aquella temporada, literalmente, me bañé en cuerpos de mujer. Nunca fui tan feliz ni mejor tratado, pero tuve que salir por piernas cuando la mafia que regentaba el local llegó a saber que yo no era un fantasma, como decían las chicas para mantener a los guardianes lejos de mi pellejo. Ser el juguete de decenas de mujeres era mi destino, mi corazón agradecido me lo decía, pero me tuve que despedir. Salí de allí con un holandés, traficante de opio, al que caí en gracia porque le igualaba en proezas amorosas y alcohólicas. Desde ese momento, yo como guardaespaldas, acompañante y amigo, él como, digamos, titular del servicio comercial, nos desplazamos en numerosas ocasiones en su destartalado mercedes hasta localidades cercanas a la frontera con Pakistán para mercar las bolas de opio que luego troceaba y repartía por burdeles de toda la India. A los soldados había que “ablandarlos” con whisky escocés y metros y metros de tela brillante para confeccionar saris, cosa que yo no entendí en un primer momento. Así que nuestra tapadera era la de ser comerciantes de telas y licores. Pero todo se acaba, y de aquella aventura hube de regresar a España para terminar mi doctorado en Filología Hispánica y hacer una oposición. Solo con la plaza de profesor titular pude convencer a mi novia ucraniana a casarse conmigo. Verla… recordarla tocar el violín desnuda en la azotea de casa es algo a lo que todavía no me he acostumbrado. A pesar de que lo hacía cada vez que yo volvía de un viaje. Publiqué un trabajo sobre Cervantes (Cervantes y la magia en el Quijote de 1605, servicio de Publicaciones de la Universidad de Málaga, 2002) y volví a casa después de firmar ejemplares en la feria del libro de Málaga. Volvía a mi concierto de violín, pero esta vez fue diferente, esta vez me tocó un trago muy amargo que sería tedioso y triste recordar y contar aquí. Natasha se había ido. Baste saber que inicié la carrera docente, la adicción intermitente a diferentes sustancias y un largo periodo de tristeza que relaté en dos novelas pendientes de publicación. No quiero recordar más. Perdón.

2.         ¿Naciste escritor o te hiciste? ¿Desde cuándo escribes y por qué?

Ni una cosa ni la otra. Me explico: yo pasaba los largos veranos de la infancia con mi familia en una gran casa de campo en Galicia. Somos cuatro hermanos, y mi padre nunca estaba con nosotros. Era diplomático, y sólo hacía viajes relámpago a Lugo cuando podía escaparse de una crisis o cuando nos pasaba algo que mi madre, pobre, creía no poder ir a solucionar sola, aunque siempre lo hacía. He llegado a pensar que reclamaba la presencia urgente de mi padre en el pazo porque no podía pasar demasiado tiempo sin sus abrazos. Se amaban de un modo que yo no he vuelto a ver a nadie, y lo hacían en un hórreo que había detrás de los jardines, para no escandalizar en la casa en mitad del día, aunque todo el mundo sabía dónde estaban metidos las dos horas siguientes del regreso. El viejo era muy respetado en el pueblo por los aullidos de mi madre. Y luego ya, satisfechos, encandilados y llenos vestido y traje de pajitas, se encargaban de esa supuesta urgencia (un brazo roto, una riña mortal, un enamoramiento feroz, un perro muerto, una criada preñada…) que ya, por lo general, estaba solucionada para cuando llegaba el secretario de embajada. Pues bien, en el salón del pazo había un globo terráqueo enorme y detallado que había realizado un ebanista real de origen búlgaro para mi padre, antiguo conmilitón suyo de la última guerra de África. Y cada noche de esos días afortunados en que contábamos con la presencia de mi padre, este señalaba un punto en la esfera y nos hablaba de los países que conocía en persona y, sospecho, de los que conocía por los libros. Tigres, fortalezas, desiertos, rascacielos, leproserías, palacios… Y esto desde que yo era casi un bebé. Mi habitación en el pazo era un museo de chucherías: arcos y flechas, pieles, estatuas, amuletos, fotos... Un día, contando con diez u once años, salí con Zarco, el mastín de guarda que cuidaba de mí en las excursiones por el entorno. Nos dirigimos al monte con un palo y un bocadillo. No recuerdo cuánto caminamos, siempre pendientes el uno del otro. En un recodo del monte, Zarco se detuvo gruñendo. Justo delante de nosotros había una familia de jabalíes hozando en busca de trufas u otros hongos. Sin poderlo contener, y pese a que yo le insistía en que nos retirásemos en silencio, dejándoles el campo, como nos habían enseñado, Zarco se lanzó a por ellos creyendo sin duda ver en su presencia una amenaza para mí o por simple arrebato de hombría perruna. A los ladridos, los jabalíes salieron corriendo monte arriba. El perro debía haber dejado que se fueran, como yo le pedía a gritos, pero estaba ensoberbecido y, temerario, insistió demasiado en la persecución. Entonces, un gigantesco verraco peludo volvió grupas y le encaró. Los demás también lo hicieron, y he ahí que tuvimos que salir corriendo cuesta abajo, pero los cerdos antediluvianos eran más rápidos. Mientras corríamos, vi cómo el jabalí jefe enviaba de una cabezada a Zarco a un hoyo muy profundo que se había formado entre una gran roca y el hueco que habían dejado al ser extraídas las raíces de un árbol enorme. Temí por su vida, pero como también corría peligro la mía, salté a la horquilla de un árbol y trepé por él como una ardilla hasta lo más alto que pude y me quedé allí, muerto de miedo, helado, mientras el sol hacía su recorrido. Oía gañir a Zarco, pero no pude descender hasta que la tribu de gorrinos salvajes se marchó. Solo entonces, al bajar del árbol, vi y noté el arañazo que me había hecho el bicho en la pantorrilla derecha. Corrí a ver si podía ayudar a Zarco, pero era ya tarde y no veía el fondo del agujero. Lo llamé varias veces, pero Zarco guardaba un ominoso silencio. Desesperado, bajé entre sombras hasta el pazo. Mi madre, al verme llegar de noche y con sangre, estuvo a punto de desmayarse y mandó llamar a inmediatamente a mi padre, que estaba en Bruselas a la sazón. Pero también organizó una partida para rescatar a Zarco.
Yo, como sabía que si contaba los hechos tal como habían ocurrido el perro sería regañado, como lo estaba siendo yo mismo, arreglé un poco la historia. En ella, Zarco, viéndome al borde del hoyo profundo, se había aupado a mi pecho y me había empujado lejos del borde, pero de resultas del impulso, el animal no había podido evitar caer dentro. Un acto heroico. No conté que, a pesar de mi insistencia, se puso a ladrar y a perseguir unos jabalíes, ni que había huido como un gallina. De hecho, los jabalíes habían desaparecido de la historia, ya que no necesitaba a mis padres tan preocupados que no me volvieran a dejar salir al monte, ni quería que reprocharan a Zarco su conducta. Su momento de flaqueza quedaría entre mi amigo y yo. Un compañero fiel que quizá a aquella hora estaría agonizante o muerto. La partida salió al amanecer..., y Zarco seguía con vida. Humilde, agradecido, con una fea herida en el lomo, pero vivo. Y fue rescatado y curado y atendido como se de un héroe mítico se tratase.
Sí, creo que aquella historia, que hube de repetir una y otra vez a todo el que quiso oírla, fue mi primer acierto literario, y quizá el único, y precisamente es del que me siento más orgulloso y el que nunca, hasta hoy, pude reivindicar. Ahí comprendí que la ficción es una forma de decir la verdad con la mentira, porque, ¿debía manchar un simple acto de cobardía una ejecutoria canina intachable? No lo creo. A partir de ese momento, todas mis fábulas (Las redacciones del colegio, el Premio de El País digital, infinidad de cuentos y novelas que me han hecho un experto en perder certámenes literarios y acumular negativas de editoriales) han intentado sin éxito aquel acierto: hacer justicia y verdad con la invención y la mentira, y justificar la vida, y darle profundidad y lustre, y gustar a las chicas. 
¿Y cuando escribo? Escribo cuando logro entrar en el otro lado.

3.         Háblanos de tus publicaciones y dinos en qué género las enmarcas.

Escasas. Y quizá sean escasas, además de porque soy un vago y porque tal vez no merezcan ser publicadas, porque no son clasificables. Escribo lo que llaman “novela literaria” o mainstream, o eso pretende ser. En mi caso, mi ficción se apoya a veces en los géneros para trascenderlos. Tengo una novela negra, por ejemplo, que es en realidad política y también de caída/redención; otra que cuenta lo oscura vida de un hombre normal y su descubrimiento casual de unas corrupciones políticas que le son indiferentes y sólo le conducen a su búsqueda definitiva del sentido de la vida, que acaba en la muerte, como todos sabemos; y otra que transcurre en dos tiempos: las últimas horas de un escritor muerto, que se repiten una y otra vez, y el relato que mientras escribía. En fin, literatura que no es comercial, y que sólo gracias a escritoras de éxito como tú, Mary Hot Geegy, y a tu generosidad puede llegar a ser conocida por algún lector.

4.         Como lector, cuéntanos tus preferencias.

Leo de todo. O he leído de todo. Últimamente estoy leyendo a Orejudo, McEwan, Houellebecq, Giménez Barlett, Scarrow… O sea: novela punta de lanza literaria, supernovelas con todo, género negro y novela histórica. Tuve una época de clásicos grecolatinos, otra de rusos, otra de filosofía… Leo lo que me apetece cuando me apetece. Ya está bien de hacer lo que mandan los demás. Esto de la literatura o es el reino de la libertad o no es nada. O, bueno, también puede ser la novela que se vende, la novela comercial que gana concursos, ese es otro género.

5.         ¿Qué te gustaría contarnos, que no te he preguntado?

Que aquellas personas a las que les guste la literatura compren el libro que tengo en Amazon y es motivo de esta estupenda entrevista. Dentro de algún tiempo, la reeditará una editorial dinosaurio y será mucho más caro. La edición en papel es preciosa, y hacen un libro por persona, uno a uno. Y son tan pocos los lectores que ya la han leído (y saben que es cojonuda) que les puedo dedicar el libro a todos, uno a uno, y si viven en Madrid, enseguida. La edición Kindle es baratita, para los que leen en electrónico. Y el que tenga de verdad gusto por los libros eróticos, que lean los libros de la anfitriona de esta entrevista, Mary Hot Geeby. Libros para leer con una mano, que dicen. Y nada más. Agradecer con humildad esta ocasión de ser visto y leído. Y ya.
No. No ya. Resulta que me acabo de acordar de que yo sufrí cuentitis de pequeño. No esa dolencia tonta e inexistente que se han inventado los padres para acusar de dolores falsos a los niños que no quieren ir al colegio. Yo tuve la auténtica, aquella de la que la falsa toma el nombre, y sé que era auténtica porque me dio en verano, cuando lo que a mí más me gustaba era subir al monte con Zarco y leer tebeos. Una mañana, al despertar, supe que me había picado una víbora. Me miré los brazos y descubrí una pequeña escoriación en el antebrazo derecho. Aquello debía de ser la mordedura. Habría entrado escurriéndose por la ventana y habría huido por el mismo camino. No me pude levantar, y cuando la María me vino a despertar tuve que contarle la verdad: el veneno ya me afectaba a las piernas, pronto me paralizaría todo el cuerpo, así que necesitaba una tortilla de piñones y dos vasos de leche. Subió mi madre, subieron mis hermanos y la abuela, y una saludadora amiga de mi abuela. Me ponían de pie y se me doblaban las rodillas como si tuviera las piernas de lana, así que tuvieron que hacerme la tortilla, que ejerció de antídoto y poco a poco me fui recuperando. Pero eso solo había sido el principio. Al día siguiente me desperté siendo un lagarto, bajé por la pared y me instalé a comer fruta en el techo de la cocina. Mis manos y mis pies se adherían a la piedra y al yeso con total normalidad. Para esto no había antídoto, así que después de intentar hacerme bajar clavándome un palo de escoba en las costillas, me dejaron ir y asolearme tranquilo en el tejado hasta que se fue el sol, momento en que volví a la cama y a dormir. Otro día era un niño gigante, gordo pero ligero, y me movía por la casa como un balón de playa, dando saltos gigantes y blandos. Luego fui perro, insecto palo, un piloto de combate ruso caído tras las líneas alemanas, pedía ayuda en ruso, pero en casa nadie sabía ruso, luego fui un siux que ejercía de representante de todos los pueblos indígenas americanos ante las autoridades mundiales, que eran a la hora de cenar unas doce personas, entre familia, vecinos y curiosos. Hasta fumamos la pipa de la paz con el tabaco del abuelo Jacinto. Fue una gran noche de pactos y de toses. Y así un día y otro día extravagante, hasta que una mañana me desperté siendo yo mismo, y bajé a contárselo a todo el mundo la mar de contento. Mi madre celebró mi recuperación con una hornada de dulces de la que participó todo el pueblo. Esa cuentitis fue el primer síntoma de una afección que me perseguiría toda la vida. Luego, cuando vino lo de Zarco, ya estaba avezado a la ficción por haber pasado la enfermedad.

MI OPINIÓN:

Para comenzar quiero decir que seguramente ésta será una de las opiniones que más me costará escribir, pues me va a ser complicado ser objetiva, de modo que por primera vez, afronto esta tarea dispuesta a contar los sentimientos, más que opiniones, que la novela me produjo. Como digo, siempre procuro analizar lo más objetivamente que puedo, el argumento, el estilo literario, los personajes, el contexto y la documentación. Acabo contando a qué público se la recomiendo especialmente. Pero en esta ocasión me veo limitada para hacerlo por varias causas: la principal es que no puedo hablar de algunas de esas cosas sin desvelar parte de la trama; además, prefiero contar cómo me sentí al leerla.
Comencé HOMO animada por el propio autor. Me resultaron curiosas (y muy graciosas) algunas de las ideas que me dio, con el fin de convencerme de leerla. Pero la puntilla la puso con una frase que no puedo olvidar, de una conversación, hace ya casi 9 meses (todo un embarazo): “Dios, cómo me gustaría leer mi novela!!!! (si no me la supiera ya)”. Sus comentarios sobre la misma, así como los apodos que siempre me puso en twitter, me hicieron ver que estaba chateando con una persona inteligente e irónica, pero sobre todo, con el autor de una BUENA NOVELA.
Sin embargo, HOMO tiene una parte árida de leer, complicada “…pero es necesario, como la filosofía de la primera parte de El nombre de la rosa o el manual de cetáceos de Moby Dick”. Así que, a pesar de haberla dejado medio-aparcada (o aparcada entera), la retomé. Debo decir que también la reseña de Dolors, en su blog, me hizo reconsiderar la idea. Cuando al fin dejé que la novela me atrapara, todo fluyó sin poder (ni querer) evitarlo: la terminé en pocos días.
HOMO: EL RÍO PERDIDO es una historia de búsqueda de los orígenes. Tiene dos personajes principales y ambos se dedican a buscar, venciendo a durísimas penas, incomprensibles dificultades. Ignacio De se ve en la necesidad de volver a su pueblo, del que se ha visto apartado por el desarrollo de los acontecimientos que han marcado su vida. En la búsqueda del río De, que da nombre a su pueblo y a su apellido, se encuentra con personas que no esperaba ver y se entera de noticias que no habría querido saber. También su historia se cruza con la del otro personaje principal, del que no sabemos su nombre, pues él se encarga de que no lo conozcamos. El motivo no es otro que el hecho de que nunca le gustaron los nombres que le pusieron.
Yo no sé si a todo el mundo le ocurrirán estas cosas, pero cuando leo una novela, suelo introducirme de lleno en la historia. Tanto es así que suelo hablar con los personajes. Al principio de leer HOMO, sólo me salía decirle a Ignacio que era un tostón y que se fuera a la porra, la verdad. Pero hay un momento en que la novela atrapa sin remedio. Algunos de los mejores pasajes son aquellos en los que el otro protagonista se encarga de la acción. Me enganchó de tal manera que me emocionó, me hizo reír, reflexionar y plantearme cosas “de la vida, vida”, como decía una argentina entrañable.
También quiero decir que en la novela se entremezclan diversos géneros literarios. No puedo especificar más, porque cometería el famoso spoiler, de modo que lo mejor es leerla.
En esta ocasión no habrá recomendación para un público determinado, sino que creo que todo el mundo debería leer HOMO. Ya he advertido que no es fácil dejarte envolver por ella, pero sí quiero recalcar una vez más que si avanzamos en la lectura, disfrutaremos tanto que querremos más.

Dicho esto, le copio su frase a un compañero amigo, para decir a todo el que lea esta reseña: “Leedla, insensatos”.