sábado, 8 de julio de 2017

ROMANO (Alex García)

Publicada en EL ESCRITORIO DEL BÚHO el jueves, 7 de julio de 2016


Por primera vez y con el permiso del Búho, me voy a permitir cambiar la estructura de esta reseña, pues me envolvió de tal manera que, creo que me he extendido demasiado. He intentado ser exhaustiva en mi análisis, como siempre, pero también he querido plasmar lo que he sentido al leerla. Me siento bien, después de haberlo hecho.

En cuanto a los DATOS TÉCNICOS y la SINOPSIS, os enlazo la página de amazon. Podéis consultarlo ahí.









Para la BIOGRAFÍA, el mismo Alex García colgó un archivo debidamente actualizado en su página de facebook.










MI OPINIÓN:

Se han dicho muchas cosas de esta novela, a pesar de que se acaba de publicar y, claro, no puede haber sido leída por quienes lo dicen. Es la 2ª parte de Púnica; la misma historia, pero vista por él; una repetición con otro narrador. Pues no: Romano no es nada de eso.
Romano es, en su parte primera, la visión de Marcus de la misma historia que Mar Yam nos contó en Púnica. Pero evidentemente, no puede hablar de los sentimientos de ella, de la historia de la cartaginesa antes de conocerse, de la relación con sus hermanos y padres o de los avatares que sufrió la africana cuando fue vendida y revendida. Lo que sí nos cuenta, que no encontramos en la anterior novela, es su propia historia. Todo lo que aconteció antes de  conocerla, todo lo que sufrió por la pérdida de su esposa e hijo, su relación con su amigo Vibius y su fidelidad al gobernador de la República.

En una segunda parte, encontramos el resto de la historia vivida entre nuestros protagonistas. Con una mayor importancia a otros personajes secundarios, evidentemente, la narración cambia por completo, pues el lector se ve obligado a interpretar y disfrutar de las acciones que sucedieron en el pasado y las que están aconteciendo en el momento.

Y todo ello coronado por un final absolutamente inesperado. Aunque seas una persona que gusta de adivinar lo que ocurrirá, garantizo que, en el caso de Romano, no será posible.
El argumento de la novela es muy lindo. A quienes les gusta la histórica, pueden aprender disfrutando los últimos años de Iulius Caesar y la república. También se pincelan los primeros acontecimientos de un imperio que está pronto a brotar. Aquellas personas que leen romántica, pueden disfrutar de una preciosa historia de amor en la que los sucesos externos hacen discurrir como una terrible montaña rusa de sentimientos y emociones. Si eres mujer, puedes querer ser Mar Yam, aunque también puedes pensar que es idiota en algunos momentos; puedes amar a Marcus y también llegar a querer matarlo; y también puedes… Lo siento, no puedo hacer spoiler. Si eres hombre, comprenderás mucho mejor un modo de ser y actuar que, en algunos momentos, puede parecer maltrato, vejación o violencia; pero que es perfectamente comprensible si recordamos que todo sucede alrededor del 50 a. C.

La fuerza, la personalidad y la humanidad de los personajes principales está perfectamente lograda una vez más. Y otra característica de las obras de Alex García es el gran peso que tienen los secundarios. En este caso, su amigo y compañero Vibius, que ya se perfiló como tal en Púnica, pero que en Romano adquiere una gran importancia. Tanto es así que merecería una novela sólo para él. Lástima que Alex haya decidido no volver a escribir histórica.

Sobre esto último, no es un género que haya leído demasiado y, en cualquier caso, hace ya tiempo que no lo hago. Pero es imprescindible destacar la labor de investigación y documentación que Alex ha llevado a cabo para tal fin. No sólo por los datos históricos que maneja, pues demasiadas personas identifican a Iulius Caesar como un emperador romano, cuando él nos recuerda que el Imperio aún no existía. Tampoco por la cantidad de costumbres y vocabulario que nos enseña. A este respecto, doy fe no sólo de la documentación, sino del estudio de expresiones y declinaciones latinas para nombrar los objetos y cosas. Pero algo que la mayoría de la gente no se da cuenta es de la dificultad que tiene escribir una novela con la imposibilidad de usar términos o conceptos que aún no existían en ese tiempo, como por ejemplo, los minutos o segundos. Alex cubre estos últimos con suspiros y latidos.
¿Y para el uso de lenguaje actual? Pues también: no tanto en vocabulario, cuanto en puntuación, por ejemplo. Viéndose obligado a revisar todo el texto para discriminar entre las comillas españolas y las inglesas, según el contenido de lo escrito, en cada momento.

Por todo esto, creo que es una de las mejores novelas actuales en lengua castellana. Alguien me recordó hace un par de días que no debo decir “la mejor”, aunque lo piense. Se la recomiendo no sólo a quienes disfrutan con la histórica, o con la romántica, o incluso con la erótica, pues también toca este género; por supuesto a TODOS los lectores de Alex García, que demostraron ser muchos cuando salió “La Esencia”; yo creo que deben leerla todos aquellos que quieran leer buena literatura, pues lo es. Sin duda, la mejor que he leído.

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