lunes, 16 de marzo de 2015

MISTERIOSO TESORO

Hola:
Siguiente edición de TE ROBO UNA FRASE. La de este mes es "No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño." - De Edgar Allan Poe, El Gato Negro.
Como siempre, espero que os guste.
MISTERIOSO TESORO
(Mary Ann Geeby)

Y se fueron los invitados. Por fin se pudo quedar solo. Tenía unas ganas terribles de abrir el cofre que había encontrado a la hora de prepararse, bajo aquellas tablas que se movían en la habitación granate. El cuarto del crimen, había decidido llamarlo. Estaba lleno de trastos inservibles, polvo y libros viejos. Esto era lo que más le había gustado. Tenía tantas ganas de inspeccionar esa habitación que no había podido resistirse.
Era el día de la inauguración de su mansión. La había adquirido a través de esa página web tan conocida. “La casa maldita”, le habían dicho. Llevaba en venta más de tres años y no conseguían desprenderse de ella, a pesar de estar tirada de precio. Muchos ricachones y pudientes, necesitados de blanquear dinero se habían interesado por ella, pero después de la breve visita inicial, todos se echaban para atrás. Siempre había otras en las que invertir.
Pero Pedro pensó que era un lugar precioso en el que vivir. Apartado del resto de la “civilización”. Allí podría tener la paz que no encontraba en la ciudad. Tampoco estaba demasiado alejado, pero sí tranquilo. La compró inmediatamente. Sólo le había dado tiempo a limpiar y adecentar la planta de abajo y la habitación azul, la que usaría para dormir.
Ese mismo día decidió entrar en la amarilla, la salmón y la granate, por ese orden.  Aparte de mucho polvo y trastos, no había gran cosa. Pasó toda la mañana limpiando y buena parte de la tarde. Sobre las siete dejó todo tal cual. Debía ducharse y prepararse para la fiesta de inauguración.
Le repateaban estas cosas, pero Sara había insistido en que debía hacerla. Invitó a unas diez personas de la oficina y cinco amigos del club. Pero en el momento de abandonar la habitación granate, una tabla del suelo crujió. Se retorció el tobillo y cayó al piso. Después de comprobar que no se había lesionado (no le habría faltado más), miró la tabla que se movía. La levantó, y ahí estaba: un pequeño cofre de madera, de esos que no se abren de modo normal.
No tuvo problema para abrirlo. El año pasado viajó a Budapest y trajo una de esas para cada hermano. Ésta era diferente, más grande y con otra apertura, pero después de manosearla un rato, encontró el mecanismo. Al abrirla descubrió un auténtico tesoro. Un libro encuadernado en piel, manuscrito, muy antiguo. A pesar de ser la hora de la fiesta, no pudo evitar abrirlo y comenzar a leer.
No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño.”
En ese momento sonó la campanilla de la puerta. ¡Maldición, ya estaban aquí! Metió el libro en el cofre y lo posó sobre la cómoda. Bajó las escaleras corriendo y abrió la puerta principal. Era Sara.
—Pero ¿aún estás sin vestir? ¡Eres un desastre! ¿Ya llegaron las viandas del “catering”? —entró como una exhalación, directa a la cocina.
—Sí, Sara. Ya está todo. Voy a ducharme y a vestirme. En un cuarto de hora estoy listo. —respondió Pedro, subiendo las escaleras.
Y así fue. Al pasar ante el cuarto del crimen, estuvo tentado de entrar de nuevo. Pero cualquiera se enfrentaba al estrés andante, llamado Sara. De modo que decidió ir a su cuarto a ducharse y prepararse. Tardó exactamente diecisiete minutos y veinte segundos y bajó la escalera cuando sonó de nuevo la campanilla.
El resto de la noche fue un horror para él. Odiaba estos actos sociales, pero siempre se dejaba convencer por los preciosos ojos verdes de la mujer más hermosa del mundo. Cenó, charló, bebió y hasta bailó. Eso sí: todo el tiempo estuvo pensando en el libro, el cofre y la habitación granate. No veía el momento de que se fueran todos y poder abrir de nuevo la puerta, la caja y el libro.
En el momento en que se cerró la puerta, voló escaleras arriba. Abrió el cuarto del crimen, aferró la caja y volvió a encontrar el mecanismo de apertura y por fin, libro en mano, llegó a la enigmática frase. En ese preciso momento, sonó de nuevo la campana de la puerta principal. Dejó todo tal cual y bajó la escalera. Abrió la puerta y ahí estaba Sara.
—No me puedo creer que me hayas dejado sola despidiendo a la gente. Y cerraste la puerta. ¿Te habías olvidado de mí? —le echó Sara en cara.
—No, cielo. Tenía que ir al servicio. Vamos a la cama, anda. Mañana recogeremos todo. —respondió Pedro azorado.

Y subieron a la cama. Evidentemente el libro debería esperar. Ahora prefería adentrarse en descubrir los tesoros del ser más maravilloso del universo.

14 comentarios:

  1. Muy bueno!!! (quiero decir que has sabido dejarme con la boca abierta y esperando más...) cachis en la leches... ahora sí que te pido que hagas una segunda parte ¡quiero saber másssssssssssssss!!

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    1. Gracias, Frank.Me lo pienso seriamente, vale??? jajajajajaja
      Besos

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  2. Me he quedado con la inquietud de seguir leyendo,...
    Pienso que ha sido muy bueno 😉

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    1. Gracias Claudia. Pudiera ser que continúe otro día... o quizá no...
      Besos
      ;-)

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  3. aaaaaaaaaaaaaaaaargrhgrhgrhrgrhgrhrhhhhhhhhhhgrgrrgggggrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!!! ¡Cómo nos puedes hacer esto! ¡Eres un ser malvado! ¡Que se deje de sexo y nos lea el libro! ¡Por Dios! ggggggggggrrrrrrrrrrr
    Me ha encantado, a pesar de los pesares... jeje
    Muchas gracias por seguir jugando un mes más ;-)
    Besicos!

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  4. JAJAJAJAJAJAJAJAJA.....
    Es un verdadero placer jugar a este juego desde la 1ª edición. (Y mira que algún mes me ha costado, eh) Gracias a ti por seguir proponiéndolo. No dejes de tirar de nosotros, por favor.
    Y sobre el relato, pues mira que estaba pensando en continuarlo. Pero no lo que ocurre en la habitación granate, sino en la azul... jajajajaja
    Bueno, no sé... Algo haremos...
    Besucos.

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  5. Vaya, muy bueno el relato, pero me sumo al carro de los que piden una segunda parte. Hemos de saber lo escrito en el libro.

    Un saludo

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    1. Gracias D. A.
      Bueno, todo se andara.... Quizá sea mejor hacer dos partes más, o tres... jajajaja
      Besos

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  6. Genialĺlll Mary!!! Una mujer casi siempre tiene el poder de conseguir la atención jajajaja. Pedro supo saber elegir qué era lo más importante ijijii.
    Pero... Qué intriga nos dejás! !
    Un besote! Hasta la próxima! :*

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    1. Gracias K@ry. Es cierto lo que dices... jajajaja
      Quién sabe... Quizá siga la historia...
      Besote.

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  7. Pero esto no se hace!!!!! No me podía creer que se hubiese terminado así!!! Estuve buscando el resto, yo también voto para que sigas.
    Un saludo. Felicidades!!!!

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    1. Jajajajaja, gracias Isabelle. Yo creo que habrá "el resto", pronto...
      Gracias por tu voto. Un besote.

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  8. Me encanta +Mary Ann, coincidimos mucho en el tipo de narrativa... jiji... Disculpa que me haya venido tan tarde a leer, me faltan varios aún, pero los días se me hace pequeños... Besos.

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    1. Gracias Inma. Me encanta que podamos coincidir, sea cuando sea. Y sí, coincidimos mucho, cierto. Entiendo tu falta de tiempo. Me ocurre igual con la lista de libros de mi kindle o la montaña de libros en papel de mi mesilla...
      Pero encontraremos ese tiempo para disfrutar de la maravilla de la literatura.
      Besos.

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